sábado, 7 de mayo de 2016

La presbicia de Europa

Pobre viejo gigante...Hace ya mucho tiempo que estás herido. Tu vejez avanza sin piedad.
Ahora te llega la presbicia. En mal momento, viejo. Ves, pero no defines. Las cosas de cerca te resultan ya difusas, inconcretas, a veces incorrectas.
Son demasiadas patologías para un gigante tan enfermo...Se te ha llenado la panza de bichos, ¿verdad? Pobre...no puedes ver con claridad que vienen huyendo de la guerra, de la muerte, se alojan en tu interior y a ti eso te hace pupa...cuanto lo siento...
Desde el barrizal, las voces de los niños y las de sus padres y abuelos, son para ti lamentos que no puedes definir porque tu presbicia va en aumento. La medicación que te están recetando, a base de muros, tal vez no sea la medicina que tu necesitas. Tu eres un gigante que te hemos construido entre todos y si nada lo remedia, todos iremos a tu entierro, viejo torpe, confiado y senil.
Son muchas las causas de tu enfermedad, pero ninguna justifica que te estés quedando ciego ante la inanición, ante la dejadez de quienes te sujetan aún, a esta utopía que te ponen como almohada.  
Pobre Europa.
Aquí, cerca de tu corazón, ahora estamos entretenidos en hacer otro gobierno para ayudarte tal vez a bien morir. Están todos los partidos, pero falta uno.Uno que es la madre de todos. Falta el partido de la Sociedad Civil, que como siempre, no se presenta para ganar o para gobernar, o para poner un peso en el platillo de la balanza de la realidad compartida. Que mentira todo, Vieja Europa. Que lejos quedan los tropiezos y que cerca estamos de volver a tropezar en la misma piedra.
Mira, Viejo gigante herido. Ya nada se puede hacer para evitar tu final. Tal vez los asiáticos o los americanos se queden con tus pertenencias, pero poco más se puede hacer.
Me entristece ver cómo agonizas mientras aquí, tratan de ponerse de acuerdo para abaratar el coste de unas elecciones, que tenían que pagar íntegramente  los que van a vivir del resultado de una nueva consulta. Que mierda todo, viejo... Qué asco siento porque seas tu quien pague las consecuencias de tu presbicia, vieja Europa. Todo por no darte cuenta hace mucho tiempo de los excesos de quienes te mantienen.

lunes, 18 de abril de 2016

Autónomos

Autónomo por imperativo legal.
Cuando registré la Sociedad Limitada a la que me debo, me regalaron un título que, en su concepción, era algo serio a tener en cuenta. Me "diplomaron" en una cosa muy "importante" a la que llaman AUTÓNOMO.
Inmediatamente, me di cuenta que era una distinción que me concedían por imperativo legal. Muy acertado por parte de los que hacen las leyes. "El Legislador"
Pronto comencé a ver que yo era parte de un engranaje fantástico de la maquinaria del Estado. Mi título consistía  -hubiera producción o no-  en abrirles el bolso para que ellos metieran la mano y robaran lo que "dijera la Ley" Es decir, un atraco a mano limpia, amparado por la "Ley"
Han pasado los años y aún siguen metiendo la mano en los bolsillos -vacíos- de un colectivo que mansamente, aceptan que se les robe injustamente, pero al amparo de la "Ley"
Ahora, otros que están dispuestos a recoger el testigo de legislar, proponen que la mano va a tardar menos en salir del bolso; que seguirán robando, pero menos. Es una tranquilidad saber que, al menos, si hay producción, habrá dinero para dejar que nos sigan robando; aunque eso sí, menos.
No obstante, hay un sin fin de tragedias personales, humanas, empresariales y sociales, que no van a tener reparación. El autónomo que ha perdido su casa, su empresa, el reconocimiento social y a veces el familiar, quedará en los anales de la historia de una España regida por un sistema creado por los legisladores sabiendo el irreversible daño que se ha hecho.
No hay marcha atrás. El daño ya está hecho. La banca, a la que siempre hay que salvar, seguirá "apoyando" a los autónomos, aunque cabe pensar, que también menos.
 Todo es proporcional. Todo, menos el lamento de los que se quejan, de los que sufren, de los que hacen posible que un país avance, aunque a veces avance tanto, que termine parando en algún paraíso fiscal. De los autónomos. De un colectivo que parece estar enfermo de hemorroides, de las que se sufren en silencio, pero que, ni implorando  a los que conceden milagros, consiguen alivio; ese alivio que permita llegar a fin de mes sin aumentar la deuda que se adquiere, por el mero hecho de querer trabajar en lo que se elije. En lo que se sabe hacer. ¡ Qué perversión tener que pagar por trabajar y qué degradación pagar para que otros puedan trabajar contigo...!
Sabemos, desde que el sistema democrático empezó a andar, aquello de: "Prometer hasta meter y después de haber metido, nada de lo prometido"
Si , como parece volvemos a pasar por la urna sin haber modificado la ley D´hont, el legislador tendrá patente de corso para volver a definir al autónomo como máquina de hacer dinero para el Estado y el autónomo tendrá una nueva oportunidad para seguir sufriendo en silencio su "título de Autónomo"

sábado, 9 de abril de 2016

Saber más

Cuantas más cosas sabemos, cuantos más detalles nos dan, más sumisos nos hacemos.
La información se ha inclinado tanto a favor del viento, que estamos a punto de hundirnos.Es tan fácil estar informados... es tan cómodo opinar con lo que hablan otros...La información se ha travestido de tertulia moderna en los platós de Tv y en los estudios de radio. Se ha etiquetado en opiniones internas, externas y medio-pensionistas. Es lo que hay.
Pero estoy seguro que hay una marea inmensa de personas -voluntariamente arrepentidas- que no nos doblegamos al discurso terrible del "es así" 
Dos palabras para iniciar con ganas una auténtica respuesta contra la mediocridad de pensamiento con la que nos "comunican" desde casi todos los medios para informar y desde los medios informativos, atentando impune e inmaculadamente contra la sociedad civil, que aún no ha sacrificado su capacidad intelectual. Aún.
Este hastío indolente, esta desgana social, motivada por tantos y tantos abusos, por tantas evidencias, por ver la vergüenza paseada por todos lados de los que dicen representarnos , el asco vomitivo que se produce cuando vemos la falta de escrúpulos de unos pocos afectando la inteligencia y el bolsillo de todos.
No seré yo quien caiga en la resignada pregunta: ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
¿Cuánto tenemos que soportar para ver un cambio que afecte a todos? A cada uno con su ambivalencia. En cada rama a su mochuelo, en cada prisión a su culpable. 
Costará. Claro que sí. Pero si empezamos con pequeñas cosas, llegaremos a las grandes.
 Si empezamos por no aceptar el pago normalizado de tres euros por referenciar concepto y persona que hace la entrega  cuando hacemos un ingreso en una cuenta y tenga que pagarlo el cliente al que se le hace, El Banco de España -creador de la estafa- verá que sus mercenarios (Cajas y Bancos) pondrán el grito en el cielo, ya que la pica la han puesto antes en Flandes, evidentemente.
Pero ¿que es eso de pagar nada menos que tres euros por hacer un ingreso en una cuenta de un cliente de una entidad bancaria? ¿No sería mejor que antes de entrar en la entidad dijésemos: "ábrete Sésamo..".?
Pequeñas vergüenzas se pueden ver, incluso aceptar, pero consentir estafas bajando la cabeza, no. Ni bajando otra cosa.
En mi Etiquieta de hoy domingo, quiero dejar junto al perchero y mi cayada, una ingenua reflexión:
Si rompemos la baraja, ¿no podemos jugar a otra cosa?